viernes, 25 de septiembre de 2015

RESPETAR PARA SER RESPETADOS

Decía en el editorial del número anterior que vivíamos en una época de libertad increíble y añadía que jamás antes habíamos tenido tanta libertad para expresar opiniones, incluso las falsas.

En estos días estivales la imagen de los cazadores, la imagen nefasta, la imagen adulterada y alejada de la realidad que los lobbies ecologistas más radicales venden de nosotros volvía al primer plano de la actualidad de la mano de la prensa sensacionalista con la muerte del león Cecil en Zimbabue.  Abatido por un delincuente, no un cazador, Walter Palmer que se prestó al juego de unos “Orgánicos” sin escrúpulos y capaces de cualquier cosa por un puñado de dólares.

Es obvio que condenó enérgicamente este tipo de actuaciones furtivas que tanto daño hacen al colectivo de cazadores, es cierto que una acción individual no puede empañar el buen hacer del colectivo, y no es discutible que los cazadores no nos sentimos cómodos cuando ocurren estas cosas.
Pocos días después, el empresario Carlos Zúñiga, copropietario de la empresa Circuitos Taurinos, adjudicataria de la plaza de toros de El Bibio en Gijón, salía al paso de las críticas vertidas por la organización Anadel en contra de las corridas de toros de la Feria de Begoña por los efectos que tienen en los menores que las ven, asegurando que "las fiestas del Orgullo Gay sí que hacen daño a la vista de los niños".

Siento reparo en entrar en una discusión de tal calibre, pero me atrevo a decir, sin que ello justifique el comentario cuanto menos desafortunado de Zuñiga, que es un intento de decirles alto y claro a aquellos a los que se les llena la boca pidiendo respeto, que para que te respeten tienes que respetar. Respetar a los que no piensa como tú, a los que disfruten con actividades que otros rechazan, en eso consiste la convivencia. Entiendo que para algunos sea difícil de entender la muerte de un animal, que les produzca rechazo, a mí también me cuesta entender la unión de dos personas del mismo sexo, pero la respeto y la tolero, y pido lo mismo, respeto para la actividad que practico, soy cazador y me siento orgulloso de ello.

Los cazadores vivimos a diario este tipo de episodios, faltas de respeto constantes a la actividad que legalmente practicamos, y casi nunca encontramos repulsa o condena a este tipo de comentarios, en algunas ocasiones irrespetuosos y en casi todas vejatorios hacia nosotros, por parte de los que nos deberían representar. Esto obviamente nos aleja de las expectativas previas, que curiosamente desbordan largamente los grupos ecologistas más radicales en sus ataques feroces a nuestra actividad
Solo nos queda apelar a la fe profunda de un colectivo que defiende un estilo, una pasión, una forma de vivir utilizando desde el respeto y la legalidad lo que nos proporciona la naturaleza.

Los cazadores podemos vencer a un rival, pero no a dos, ¿Qué quién es el otro? Nosotros mismos, nuestra desunión y nuestro egoísmo.

Vuelve la ilusión, se inicia una nueva temporada, que la disfrutéis, desde el respeto y la tolerancia hacia aquellos que no nos entienden, que son incapaces de profundizar en los aspectos positivos de la caza. Respetar para ser respetados.

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