Estamos ante la conclusión y cruel premisa que se vislumbra del desmesurado encorsetamiento efectuado sobre la pesca fluvial en los
últimos años. La toma de decisiones ejecutada cronológicamente por la administración competente induce inconscientemente la sensación de que el principal responsable de la supuesta decadencia es el pescador recreativo. Para así, deslocalizar la atención de los verdaderos problemas y su manifiesta falta de proactividad.
Desde el aterrizaje en el cargo de los actuales responsables de la Consejería de Desarrollo Rural, Agroganadería y Pesca del Principado de Asturias se expuso que esta legislatura sería la del cambió, apoyándose para dar impulso y seriedad a sus actuaciones en estrictos datos técnicos y científicos. Su cargo les legitima para ordenar la ley de vedas anual referente a ecosistemas acuáticos fluviales.
Pero,ante su reciente toma de decisiones reflejada en la normativa publicada en el BOPA para el ejercicio de 2021, sustentada a primera vista sobre supuestas presiones políticas. Reafirman, con esta actuación, su postura continuista y presumiblemente desacertada para
la mayoría de deportistas. Señalando, otra vez más, al pescador tradicional como principal causante del colapso poblacional para así, ocultar su inacción e inexistente seriedad.
Aseverar públicamente que las nuevas normas implican una reducción global de la presión pesquera, de manera progresiva, y con
alternativas por zonas y artes, faltando a la verdad y menoscabando a la mayoría de pescadores retrata su improvisación desmesurada y falta de guion preconcebido. Sobre su impuesto clasista y revolucionario aplicado al cupo de salmones, donde el que paga más puede pescar más, convirtiendo este arancel en un despropósito irracional dentro del asolador y complejo escenario económico actual de nuestro país, nos deja bien documentada la catadura moral de sus consultores ante tal decisión. Añadiendo, el agravante de convertirse en una medida parasitaria y discriminatorio que, poco o nada repercutirá sobre la viabilidad y recuperación del salmón. Evidenciando que el agravio comparativo es otra herramienta empleada que cala y, tanto les gusta a los colectivos de pescadores pseudoconservacionistas. A los cuales, hay que agradecerles la reciente prohibición del empleo de artificiales confeccionados lastrados (ninfas) para el ejercicio de la pesca del salmón, reo y trucha en aguas salmoneras. Sobre sus asesores personales a los que poco o nada les importa la economía de ribera, las tiendas especializadas y el medio rural en general, debemos demostrarles nuestra plena gratitud por el flaco favor que nos han echo. Asolador,será el efecto rebote de estas acciones que debilitarán, aún más, a la marca Asturias volviendo a relegar a nuestra comunidad a un papel secundario en cuanto al Campanu Ibérico se refiere. Sería incomprensible y muy difícil de asimilar por el colectivo la publicación de una circular confiriendo un régimen especial a determinados eventos, zonas delimitadas o artes como la pesca en superficie. Aunque, son sabidas las continuas presiones ejercidas desde los ex-Lobbys y sus palmeros para que se aclare la mencionada modalidad, difícil encrucijada se les presenta tras la elección de permisos de pesca y ante el fiel asesoramiento.
Instaurar medidas ambiguas y contradictorias para dividir sin atender a las Asociaciones de Pescadores sucumbiendo al discursochantaje cimentado en dudosos argumentos de determinados grupos parlamentarios, amparados en la mal llamada “pesca sin muerte” y cantos de sirena sobre resultados esperanzadores, deja su credibilidad muy debilitada.
Tampoco debemos olvidarnos ni obviar la reciente suspensión efectuada sobre la resolución que autorizaba al control poblacional del
Phalacrocorax Carbo Sinensis (cormoran). Ave marina buceadora, autóctona de los Países Bajos y Dinamarca dentro del continente Europeo. La biodiversidad de nuestros ecosistemas fluviales no estará en peligro ante tal despropósito.
Las autoridades de sus países de origen articulan planes de contención. Incluso, la Unión Europea ha reaccionado, el comité NADEG (Grupo de expertos en aves de la UE) tiene a la especie y su manejo en la agenda. Además, recientes trabajos de investigación se completaron en los últimos años con la participación de numerosas administraciones. Varios de los proyectos fueron cofinanciados por la UE, en algunos países muy implicados en valorar la incidencia de esta ave marina sobre los ecosistemas fluviales han obtenido la conclusión, tras analizar y comparar numerosos trabajos científicos y técnicos, que el cambio alimentario observado por la especie es el principal factor de colapso en sus poblaciones piscícolas actualmente.
Capturar y soltar sin límites de tiempo, número de ejemplares, artes permitidas y actuaciones de manejo bien delimitadas en los ecosistemas más meridionales del arco atlántico es una temeridad. Las altas temperaturas del agua asociadas a un evento de captura y posterior liberación de salmónidos coincidiendo con épocas del año en las que, en algunos de nuestros ríos, una combinación de bajos niveles de agua y sol calentando significativamente los ecosistemas conlleva asociados bajos niveles de oxígeno, pueden acarrear una
mortalidad no deseada. El Wild Trout Trust del Reino Unido recomienda tomar la temperatura del agua antes de liberar tras captura y, si está en o alrededor de 20 ° C, es mejor no pescar. Así como, recuerda que mantener una trucha jadeante fuera del agua durante más de 10 segundos puede causarle daños irreversibles. “Soy partidario del uso de material de punta gruesa según lo permitan las condiciones y el tamaño de la mosca, para que las truchas puedan apresurarse a la red y, por lo tanto, se suelten más rápidamente. Como guía, trabajo en los límites de 0,135 mm a 0,15 mm de diámetro cuando pesco truchas de río”.- Paul Procter, guía de pesca.
Mentalidad anglosajona. Aquí, determinados interlocutores hispanos solo exponen lo que les interesa para conseguir su objetivo, tener todos los peces a su disposición. Es preocupante que un discurso tan superficial cale tan hondo.
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