El fútbol
profesional está edificado sobre una mentira necesaria, con esos tintes
pasionales de sus fieles seguidores, en muchos casos personas que no disfrutan
del fútbol salvo cuando su equipo gana, si Esto sucede todo es perfecto, si el
equipo pierde todo es un desastre, es lo que toca, el fútbol visto desde el
resultado, la ley del péndulo.
A cambio de creer ciegamente que los jugadores
mantienen un amor indestructible por sus equipos sobre todo cuando se gana,
besan el escudo en cada gol, empatizan con el aficionado, ahí radica la mentira-, los hinchas se
adhieren sin condiciones a sus colores. Esta premisa tan simple es la raíz del
éxito del fútbol.
El fútbol
es un deporte de instantes, donde el estado
de ánimo, la confianza del futbolista es fundamental, es verdad que
luego todo gira entorno al resultado, trabajas durante toda la semana con
intensidad, te entregas al máximo, pero el domingo dicta sentencia.
Decía un
gran entrenador de mi época en el Mosconia, Paco Cabal Cimadevilla,” entrenas
bien, haces un buen partido, el balón pega en el palo y entra y somos
buenísimos, si pega en el palo y sale fuera somos unos chepos”
Decía
Vicente Cantatore, entrenador argentino, nacionalizado chileno, que cuando se
gana todos somos guapos, altos, rubios y de ojos azules, cuando se pierde feos,
gordos…
Recuerdo
con nostalgia mi etapa en la escuela de Fútbol de la Toba , aquella emblemática
escuela, -en aquella época modelo a imitar- del ENSIDESA, después R.Aviles
Industrial, -hoy no se sabe muy bien lo que es-, en aquellos viejos y
desangelados vestuarios, donde el frió te calaba hasta dentro, donde para un
crió de 11 años como era mi caso cada entrenamiento era una lección permanente
de esfuerzo, sacrificio y humildad, había varios carteles colgados de la pared,
uno decía, SOLO JUEGAN 11, TRABAJA POR
SER UNO DE ELLOS, y otro que tengo muy fresco en la memoria y que he
utilizado mas fuera del fútbol que en el propio fútbol, QUIEN QUIERE HACER ALGO SIEMPRE ENCUENTRA UN MEDIO PARA HACERLO, QUIEN NO
QUIERE HACERLO SIEMPRE ENCUENTRA UNA EXCUSA.
HOY EL FUTBOL ESTA PLAGADO DE
EXCUSAS, de Representantes y Directores deportivos que piensan
más en el beneficio personal que en el beneficio del club, en el fútbol de hoy
abundan los vendedores de humo.
Lo vivimos de cerca en el Sporting de Gijón, que lleva desde el
pasado verano vendiendo humo, en muchos casos con la complicidad de algun “fino”
analista deportivo, un equipo que ha fichado un Director deportivo, Torrecilla,
que con un presupuesto elevado para la categoría ha sido incapaz de fichar a
nadie, cesiones y futbolistas mediocres, para repescar a Jony no hacia falta un
director deportivo, ni para fichar a los
Bergantiños, Sandao o Quintero.
Mareo vuelve a pasar a un segundo plano, a pesar de la magnifica
campaña del filial, si mareo no da futbolistas mejores que Bergantiños, Alex Pérez
y compañía mejor cerrar el Chiringuito, volvemos a los errores del pasado.
En el Sporting la incompetencia de algunos nos lleva desde hace tiempo
de la nada a la nada, sus seudo gestores aun no han aprendido que un club no es
mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad. Lo que tiene
valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen, el
desarrollo de la idea.
Conviene utilizar las palabras con
cuidado, aunque el fútbol empuje al exceso. Se habla del fracaso de un nuevo
proyecto sportinguista. Se puede hablar de frustración, pero no de fracaso, una
palabra que por su gravedad no puede definir lo que ocurre sin dejar finalizar la temporada, esto es lo que
hace tan grande el fútbol, pero la situacion actual no invita al optimismo.
En la acera de enfrente, el R.Oviedo
vive días de euforia, los resultados acompañan, la fortaleza del grupo es
evidente, nada que ver con lo que ocurría hace apenas tres meses, el proyecto
se consolidad entorno a un entrenador que llega con un proyecto deportivo, con
una idea de juego, de equipo, un entrenador que maneja a la perfección los
tiempos los malos resultados no modificaron
su forma de entender el fútbol, en cambio los resultados ahora acompañan y el
proyecto ya de por si interesante sale reforzado.
Un equipo que juega con intensidad,
que disputa cada partido como si fuese el ultimo, en el que presionan todos sus
futbolistas de forma solidaria, que es el dueño de las segundas jugadas, en
definitiva un EQUIPO.
El fútbol es cambiante, el pasado verano hablábamos de un Madrid
imbatible, que acababa de fichar no lo mejor del mercado nacional, pero si lo
mas prometedor, Ceballos, Llorente, Theo. Pocos meses después la famosa segunda
unidad se ha evaporado. Los fichajes del verano no cuentan. Es más fácil ver a
Ceballos, Vallejo, Llorente y Theo fuera de la convocatoria que en el banco. El
descenso de rendimiento afecta a todas las líneas: el Real Madrid recibe goles
en la mayoría de los partidos y marca muchos menos que en las temporadas
precedentes. No hay remedio hasta el momento para el desplome en el juego,
presidido por el descontrol. Al equipo se le rompen las costuras con una
facilidad inusitada. Hoy todos sus futbolistas salvo Nacho, Modric y poco más
están bajo sospecha de forma permanente.
El Madrid está en una situación difícil, lejos de pelear la liga,
fuera de la copa del Rey y, lo que es aun peor lejos de los valores que
hicieron de la entidad un modelo a seguir, la intolerancia con la derrota, y
dejarse hasta la última gota de sudor en defensa de ese escudo.
Lo que ocurre ahora en la nave blanca es algo surrealista, no
encuentra ni el juego ni el resultado, y desde el banquillo las soluciones
pasan por fortalecer el grupo, pero lejos de servir esta decisión como una motivación
extra a la plantilla, hace el efecto contrario, llenar de argumentos al
aficionado que solo conducen al pesimismo.
Es cierto, queda mucha temporada, y si en la eliminatoria de Champions
contra el PSG, se encuentra el resultado, todo cambiara, de lo contrario se
hará larga, muy larga la temporada para algunos.
El fútbol vende pasión y hace negocio con los sentimientos básicos
del aficionado. Se puede hablar de muchas cosas pero el modelo funciona. No hay
negocio más productivo que el fútbol en estos días. Con un crecimiento anual
del 10% en sus ingresos, su productividad es colosal, aunque su rendimiento
prefigure una estructura oligárquica, presidida por la extrema riqueza de unos
pocos y la supeditación de todos los demás.
El problema es ese otro fútbol. Los hinchas siguen instalados en
la sentimentalidad de siempre, y eso les aleja de los nuevos empresarios que
manejan el fútbol sin conocer el fútbol, y desgraciadamente los equipos de
fútbol ya no son del socio, son del empresario que pone el dinero y utiliza la
pasión y el sentimiento del aficionado para hacer negocio con el fútbol, como
muestra del despropósito mas evidente del fútbol profesional con Tebas a la
cabeza y esa LFP que piensan en el
dinero por encima de todo.
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