martes, 6 de febrero de 2018

EL OTRO FÚTBOL


El fútbol profesional está edificado sobre una mentira necesaria, con esos tintes pasionales de sus fieles seguidores, en muchos casos personas que no disfrutan del fútbol salvo cuando su equipo gana, si Esto sucede todo es perfecto, si el equipo pierde todo es un desastre, es lo que toca, el fútbol visto desde el resultado, la ley del péndulo.

 A cambio de creer ciegamente que los jugadores mantienen un amor indestructible por sus equipos sobre todo cuando se gana, besan el escudo en cada gol, empatizan con el aficionado,  ahí radica la mentira-, los hinchas se adhieren sin condiciones a sus colores. Esta premisa tan simple es la raíz del éxito del fútbol.

El fútbol es un deporte de instantes, donde el estado  de ánimo, la confianza del futbolista es fundamental, es verdad que luego todo gira entorno al resultado, trabajas durante toda la semana con intensidad, te entregas al máximo, pero el domingo dicta sentencia.

Decía un gran entrenador de mi época en el Mosconia, Paco Cabal Cimadevilla,” entrenas bien, haces un buen partido, el balón pega en el palo y entra y somos buenísimos, si pega en el palo y sale fuera somos unos chepos”

Decía Vicente Cantatore, entrenador argentino, nacionalizado chileno, que cuando se gana todos somos guapos, altos, rubios y de ojos azules, cuando se pierde feos, gordos…

Recuerdo con nostalgia mi etapa en la escuela de Fútbol de la Toba, aquella emblemática escuela, -en aquella época modelo a imitar- del ENSIDESA, después R.Aviles Industrial, -hoy no se sabe muy bien lo que es-, en aquellos viejos y desangelados vestuarios, donde el frió te calaba hasta dentro, donde para un crió de 11 años como era mi caso cada entrenamiento era una lección permanente de esfuerzo, sacrificio y humildad, había varios carteles colgados de la pared, uno decía, SOLO JUEGAN 11, TRABAJA POR SER UNO DE ELLOS, y otro que tengo muy fresco en la memoria y que he utilizado mas fuera del fútbol que en el propio fútbol, QUIEN QUIERE HACER ALGO SIEMPRE ENCUENTRA UN MEDIO PARA HACERLO, QUIEN NO QUIERE HACERLO SIEMPRE ENCUENTRA UNA EXCUSA.

HOY EL FUTBOL ESTA PLAGADO DE EXCUSAS, de Representantes y Directores deportivos que piensan más en el beneficio personal que en el beneficio del club, en el fútbol de hoy abundan los vendedores de humo.
Lo vivimos de cerca en el Sporting de Gijón, que lleva desde el pasado verano vendiendo humo, en muchos casos con la complicidad de algun “fino” analista deportivo, un equipo que ha fichado un Director deportivo, Torrecilla, que con un presupuesto elevado para la categoría ha sido incapaz de fichar a nadie, cesiones y futbolistas mediocres, para repescar a Jony no hacia falta un director deportivo, ni para fichar a  los Bergantiños, Sandao o Quintero.
Mareo vuelve a pasar a un segundo plano, a pesar de la magnifica campaña del filial, si mareo no da futbolistas mejores que Bergantiños, Alex Pérez y compañía mejor cerrar el Chiringuito, volvemos a los errores del pasado.
En el Sporting la incompetencia de algunos nos lleva desde hace tiempo de la nada a la nada, sus seudo gestores aun no han aprendido que un club no es mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad. Lo que tiene valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen, el desarrollo de la idea.
Conviene utilizar las palabras con cuidado, aunque el fútbol empuje al exceso. Se habla del fracaso de un nuevo proyecto sportinguista. Se puede hablar de frustración, pero no de fracaso, una palabra que por su gravedad no puede definir lo que ocurre sin  dejar finalizar la temporada, esto es lo que hace tan grande el fútbol, pero la situacion actual no invita al optimismo.
En la acera de enfrente, el R.Oviedo vive días de euforia, los resultados acompañan, la fortaleza del grupo es evidente, nada que ver con lo que ocurría hace apenas tres meses, el proyecto se consolidad entorno a un entrenador que llega con un proyecto deportivo, con una idea de juego, de equipo, un entrenador que maneja a la perfección los tiempos  los malos resultados no modificaron su forma de entender el fútbol, en cambio los resultados ahora acompañan y el proyecto ya de por si interesante sale reforzado.
Un equipo que juega con intensidad, que disputa cada partido como si fuese el ultimo, en el que presionan todos sus futbolistas de forma solidaria, que es el dueño de las segundas jugadas, en definitiva un EQUIPO.
El fútbol es cambiante, el pasado verano hablábamos de un Madrid imbatible, que acababa de fichar no lo mejor del mercado nacional, pero si lo mas prometedor, Ceballos, Llorente, Theo. Pocos meses después la famosa segunda unidad se ha evaporado. Los fichajes del verano no cuentan. Es más fácil ver a Ceballos, Vallejo, Llorente y Theo fuera de la convocatoria que en el banco. El descenso de rendimiento afecta a todas las líneas: el Real Madrid recibe goles en la mayoría de los partidos y marca muchos menos que en las temporadas precedentes. No hay remedio hasta el momento para el desplome en el juego, presidido por el descontrol. Al equipo se le rompen las costuras con una facilidad inusitada. Hoy todos sus futbolistas salvo Nacho, Modric y poco más están bajo sospecha de forma permanente.
El Madrid está en una situación difícil, lejos de pelear la liga, fuera de la copa del Rey y, lo que es aun peor lejos de los valores que hicieron de la entidad un modelo a seguir, la intolerancia con la derrota, y dejarse hasta la última gota de sudor en defensa de ese escudo.
Lo que ocurre ahora en la nave blanca es algo surrealista, no encuentra ni el juego ni el resultado, y desde el banquillo las soluciones pasan por fortalecer el grupo, pero lejos de servir esta decisión como una motivación extra a la plantilla, hace el efecto contrario, llenar de argumentos al aficionado que solo conducen al pesimismo.
Es cierto, queda mucha temporada, y si en la eliminatoria de Champions contra el PSG, se encuentra el resultado, todo cambiara, de lo contrario se hará larga, muy larga la temporada para algunos.
El fútbol vende pasión y hace negocio con los sentimientos básicos del aficionado. Se puede hablar de muchas cosas pero el modelo funciona. No hay negocio más productivo que el fútbol en estos días. Con un crecimiento anual del 10% en sus ingresos, su productividad es colosal, aunque su rendimiento prefigure una estructura oligárquica, presidida por la extrema riqueza de unos pocos y la supeditación de todos los demás.
El problema es ese otro fútbol. Los hinchas siguen instalados en la sentimentalidad de siempre, y eso les aleja de los nuevos empresarios que manejan el fútbol sin conocer el fútbol, y desgraciadamente los equipos de fútbol ya no son del socio, son del empresario que pone el dinero y utiliza la pasión y el sentimiento del aficionado para hacer negocio con el fútbol, como muestra del despropósito mas evidente del fútbol profesional con Tebas a la cabeza  y esa LFP que piensan en el dinero por encima de todo.


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