viernes, 17 de julio de 2015

Cazadores de nuevo cuño

Hablar de futuro de la caza seria un atrevimiento por mi parte, y además entiendo que es tan incierto y cambiante que el error estaría casi asegurado.

Es verdad que yo no he vivido las épocas de caza de nuestros abuelos, las que he vivido son las mías y lo que puedo preconizar esta basado en ellas.

Vivimos momentos inciertos, pero ya no solo en la caza, en casi todo y la caza no es más que el reflejo de la sociedad en la que vivimos. La propiedad y su uso se ha exacerbado enormemente. Terrenos vallados y que se repueblan de animales que viven en semilibertad. 

Por otro lado, la mejora de las carreteras, el mayor poder adquisitivo que en general tenemos nos ha arrastrado a una forma de entender la caza que poco o nada tiene que ver con la caza de antaño

Asisto con asombro a esta nueva saga de cazadores, cazadores de nuevo cuño, que hacen de cada jornada de caza una jornada de competición. Entre nosotros sabemos que hay individuos que pierden los papeles con mucha facilidad. Excelentes personas, educadas se transforman en el ámbito cinegético y se convierten en seres irreconocibles, egoístas. Les cuesta trabajo reconocer en publico “su problema”. Muchas amistades rotas por este defecto que aquellos que lo sufren no lo pueden controlar.

Hoy muchos de estos cazadores cazan a la carta, pagan lo que el orgánico de turno les pide y eso les asegura el éxito de la cacería, el gran problema de todo esto es que se pierde esa incertidumbre natural que tiene el mundo de la venatoria y las ilusiones no se pueden comprar.

El cazador de nuevo cuño entiende que se caza en función de lo que se paga, es el gran problema de desconocer lo que es la caza de verdad.

La caza nunca puede ser algo previsible, la caza nunca puede ser competición. No es mejor cazador ni mucho menos aquel que abate un gran trofeo de corzo, rebeco o ciervo, la grandeza del trofeo esta en el lance y ese solo lo medimos nosotros. No es mejor cuadrilla aquella que “asesina” 50 jabalíes en la temporada, en muchos casos algunos de esos jabalíes resucitan de vez en cuando y vuelven aparecer encima de algun remolque unas semanas después, en otros algunos son abatidos con nocturnidad y  al dia siguiente aparece en algun remolque para sumar una mas a la lista de jabalíes abatidos que nos dan un puesto en esas liguillas de bar que existen en casi todos los cotos y que no hacen mas que reforzar esa teoría de los psicólogos que los complejos de superioridad no existen, son todos de inferioridad.

Como todo la caza seguirá evolucionando con el tiempo, el cazador será el mismo, con matices y también adaptándose a los tiempos, pero lo que seguirá vivo a pesar de los pseudocazadores de nuevo cuño, será esa impronta de cazador que permitió a la humanidad desarrollarse hasta nuestros días. Ese bien cultural y genético que pertenece a la humanidad.

Una frase: El mejor profeta del futuro es el pasado. (Lord Byron).

De este modo el principio inspirador de la caza deportiva es perpetuar artificialmente, como posibilidad para el hombre, una situación en grado sumo arcaica; aquella primeriza en que, siendo ya humano, vivía aún él la órbita de existencia animal. José Ortega y Gasset.


Por Rafa González  






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