Arranca una nueva temporada
de pesca, una mas, con pocos cambios en la normativa, pero con la sensación de
cambio, mas por la buena disposición del nuevo consejero Fernando Lastra y el
Viceconsejero, Fano, que por la funcionalidad mostrada hasta el momento.
Existe entre el colectivo de
pescadores mucha ilusión en los nuevos gestores, y parece que la desidia y el descontrol, la improvisación
de los anteriores gestores puede pasar a mejor vida.
Bien es cierto, que las
primeras sensaciones nos dejan un sabor amargo, el Campanu este año se pescaba
en Cantabria, donde los salmones en sus ríos tienen una presencia testimonial,
pero a pesar de ello nos han metido un gol por toda la escuadra, iniciando
antes que Asturias la temporada de pesca con muerte.
Una vez mas la incompetencia
del Jefe de servicio de Caza y Pesca, del Principadoel señor Hernández, “Tito
chapuzas” nos pasa factura, el mismo que se empecina en no reconocer que las
Reservas de Caza son una ruina, el mismo que hace unos meses hacia unas
declaraciones sobre los cormoranes que retratan. al
personajillo.
Con estos mimbres el cesto no
puede salir bien. Alguien debería explicarle al Consejero Lastra que el enemigo
lo tiene en casa, y así mal vamos. No podemos seguir padeciendo funcionarios
que se mueven entre el rechazo a la realidad y la indulgencia. En la Administración algunos se pasaron mucho tiempo
desentendiéndose del presente, dedicando el tiempo a imaginar el futuro. Los
resultados de todo esto ya los conocemos.
Hoy la pesca en Asturias
depende en gran medida del trabajo de las Asociaciones de pescadores, que
trabajan mucho y bien, de forma altruista, trabajo estable y rigurosos, pero corren el riesgo de comprobar como su trabajo puede ser desbaratado con decisiones caprichosas de
personajes que en materia piscícola tienen que olvidar lo que saben y aprender
lo que desconocen.
El papel de las Asociaciones
de Pescadores en la gestión es ahora mismo irremplazable, su trabajo y buen
hacer les avala, su comportamiento es destacable, y un ejemplo a imitar- han
tragado saliva y aguantado estoicamente los malos momentos y ninguneos que han
padecido- por eso su prestigio se mantiene incólume.
Los salmones siguen
melancólicos, tristes, no están del todo enfermos, ni del todo sanos, por eso
el trabajo que queda por delante es un reto difícil, pero ilusionante, por eso
es importante que las Asociaciones de pescadores sigan trabajando sin descanso,
unidas, y lo mas importante, que sepan gestionar los momentos de frustración que inevitablemente se
producen y generan dudas.
Una frase-" El día que el colectivo de pescadores deje de
pensar con la caña en la mano, seguramente, que habrá más peces en nuestros
ríos, incluso para pescar”. Juan A. Lázaro
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