lunes, 18 de octubre de 2021

Un pufo en cada pueblo

 

Seguimos como estábamos o peor. Los cotos pendientes de Adjudicación, los del Sur-occidente sin constituir y las cabezas pensantes empeñadas en seguir de la nada a la nada.

Ya hace tiempo que comente el error que supone que caduquen los cotos, una cosa es la caducidad de la concesión  de la gestión cinegetica y otra muy diferente que caduque el coto, con todo lo que esto conlleva, así estamos ahora, con cotos pendientes de adjudicación  y en un mar de dudas con solución complicada en manos de esta “tropa” de iluminados.

¿Para que sirve el Consejo Regional de Caza? ¿Quién asesora a estos políticos?, ni se han leído la Ley de Caza ni creo que lo hagan.

Es necesario cambiar la Ley de caza pero no lo van a hacer, tienen que pactar con el PP y no lo harán, estos pactan con otros, una pena porque con pocos cambios volveríamos a tener una Ley de Caza muy buena.


Como están más perdidos que una vaca en una playa quiere implicar a los alcaldes, y a los que les hagan caso van a meterles en un problema no menor. Alguien debería explicarles que para solicitar cacerias por daños hay que justificar estos debidamente y que además hay que cumplir la Ley, que es muy clara al respecto, 25 % de las cacerias para locales, otro 25 % para regionales y el 50 restante para general, o sea de cada 4 cacerias una para los locales, y por locales no se entiende cazadores del coto, si no cazadores empadronados en ese municipio, independientemente que sean del coto o no.

¿Si no hay coto quien  justifica los daños? Despropósito tras despropósito, pero no le demos vueltas, nuestro principal problema somos nosotros mismos, los CAZADORES.

Esto no tiene solución y los problemas derivados del sector cinegético pasaran factura al medio rural abandonado a su suerte, una ruina absoluta por obra y gracia de la Consejeria de Parasitosis y Extinción del Principado.

Es difícil avanzar careciendo de liderazgo y con un colectivo donde cada uno va a lo suyo, nos engañan con un puñado de cacerias y todos felices, pero el problema continua y las soluciones no llegan.

Hace años la máxima era destruir a la ASTUR DE CAZA, de la que fui gerente durante 25 años, había que dividir al colectivo, y para ello lo mejor era  crear un coto en cada pueblo, hoy tenemos un pufo en cada pueblo y queremos volver al pasado, ahora nos damos cuenta que no tiene razón de ser, pero me temo que es tarde, muy tarde para rectificar y corregir los desmanes del pasado.


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