lunes, 18 de octubre de 2021

Seguimos de la nada a la nada

 


Algunos políticos mienten, a veces; lo hacen para eludir responsabilidades, apuntarse un éxito que no es suyo, otros alternan el vértigo de tomar decisiones con el temor  a equivocarse. 

El caso del Consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial Alejandro Calvo es digno de estudio, miente paro no alcanzamos a saber para que, malgasta demasiado tiempo en maquillar la realidad, una realidad palpable que le deja en mal lugar casi siempre. El ambiente es sombrío y el temor se aprecia en todos y cada uno de los detalles de su nefasta gestión. Una gestión marcada por la desidia, el ninguneo y la mentira. 

Hoja de ruta equivocada, amparada en un equipo de trabajo muy mediocre que se dejan asesorar por algunos que no hacen más que aumentar su confusión.


Las decisiones tomadas en las últimas semanas en materia cinegetica son una desconsideración a nuestro colectivo que excede lo tolerable, -anteriormente habían  hecho lo mismo con los pescadores- No hace falta  demasiado olfato para detectar  la percepción que este Consejero tiene de la caza y de los cazadores

No puede sorprendernos nada de este Consejero ni tampoco del   Director, David Villar, desbordados por la actualidad y superados por el cargo que les viene demasiado grande. Intentan justificar lo injustificable con la conocida propaganda en medios afines, delegan en TRAGSA la elaboración de un nuevo Reglamento de Caza y por si esto ya no fuese suficiente acuden a los alcaldes para  traspasarles su responsabilidad en la “chapuza” de las cacerias por daños que han puesto en marcha , saltándose la Ley de Caza con el único afán de desviar la atención de una realidad mas que preocupante y  para satisfacer con migajas a un colectivo de cazadores tan torpe como egoísta, nos vendemos por cuatro cacerias y así intenta este Consejero salir indemne de su pésima gestión.

Hoy mas que nunca esa Consejeria es una jaula de grillos donde el ruido es insoportable y lo único que importa es elegir trinchera y disparar a bocajarro al contrario, pero sin saber muy bien quien es ese contrario, no parece una estrategia acertada  ningunear y despreciar al funcionario que debería ser el mejor de los aliados. 

Es obvio que con este panorama el futuro de la gestión de la caza en nuestra bendita Región no puede invitarnos al optimismo, seguiremos de la nada a la nada, dando bandazos con políticos tan mediocres como estos y lo más preocupante con el colectivo más dividido que nunca y tan mal representado como siempre. Entre los que quieren cambios en la gestión, los que no los quieren, y los que se pelean entre ellos, el cuadro que queda es  tremendo, no puede ser mas desolador y esto esta empezando. En el batiburrillo no hay quien se entienda y no se atisba una  solución, un armisticio, que de un poco de tiempo para recomponerse y respirar en el vendaval.

Nos hacemos daño entre nosotros, todos van cargados de razones que vuelan como puñales. Y mientras la gestión de muchos cotos paralizada. Aun hay tiempo de sobra  para revertir el clima toxico, pero aquí nadie sabe exactamente como ni cuál es el plan porque cantan los grillos a todo trapo. Alguien entrara en escena y nos dirá “oído el Consejo”, aunque yo al menos no se si será el Consejo Regional de Caza, o el Consejo de TRAGSA o tal vez  que el subconsciente de alguno le traiciona, pensar en mala intención seria el principio del fin, pero no lo descarten.


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